Es una historia cargada de mensajes que nos muestra el poder de las palabras y la importancia de fijarnos en lo bello de la vida: la naturaleza, las buenas acciones, la amistad, la familia... ¡Qué poco espacio dedican a ello los medios de comunicación! Por eso todos necesitamos parar nuestro ritmo habitual, salir de la monotonía, tal vez tomarnos un ratito para leer, pasear, respirar aire puro, disfrutar de los colores de la naturaleza y sufriremos una renovación profunda, como el hombrecillo de esta historia.
Este hombrecillo, hecho con papel de periódico, sufre una reveladora transformación y encuentra la posibilidad de ser el mensajero que aporte alegría a los demás.
Tras escuchar este cuento, los niños y niñas del cole han tenido ocasión de crear su propio hombrecillo. Mirad qué bonito ha quedado.
¡Gracias Fabiola!
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