Podía identificarme con las emociones que sentía esta niña: La alegría que sintió al encontrar esos zapatos tan brillantes, el cuidado que puso al quitárselos para que no se ensuciaran, el desconcierto cuando volvió a buscarlos y no estaban allí, y por supuesto, el miedo que sentiría esa niña al aparecer el hombre del saco. Menos mal que en este cuento las cosas acaban como me gustan: el malvado recibe su castigo y la niña recupera la felicidad. Aún así, me encanta contarlo y escucharlo.
En nuestra biblioteca ha sido contado y representado en el recreo por Daniela, James y Rubén. Ellos son alumnos de 5ºA y han puesto un gran interés en la preparación del cuento. Y nos lo hemos pasado muy bien viéndolos.
¡Enhorabuena por vuestra actuación!
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